Creo en la transparencia de tus ojos
Puertas color caoba al más allá;
En su honesto mirar de niña vieja
Capaz de rastrear en los lugares
Recónditos de mi alma atribulada
De incauto viejo niño ensimismado;
Refugio donde lamo mi mundana
Herida convertida en blanca perla;
En sus lágrimas pingües y saladas
Vertidas para expiar desde el principio
Los pecados del mundo descarriado;
En su fiel seducción que vivifica
El fuego de mis tuétanos heridos
Por el cruel persistente tictac-tictac;
En el tedio de tardes sofocantes
La fresca catarata apabullante
Que convierte el verano en primavera;
Se disipan los miedos al reflejo
En el lago perenne de tu amor.
Creo en el suave cósmico estallido
De tu risa capaz de exorcizar
Los miedos de cristal del porvenir.
JH🦉