Mi corazón,
penado
por el amor profuso
que siente por ti,
cumple calmado una condena.
Vive abrazado
a sus nostalgias
y
perdura tras las rejas
sintiendo como florece
el deseo de seguir amándote.
No piensa eclipsarse
porque analiza
con perseverancia
la idea que lo tiene cautivo:
esa sublime necesidad
de siempre
amar y ser amado…
Amelia Suárez Oquendo
08-02-2024