Su vida es sólo un instante.
Ese instante presente que vive
en intensidad del afecto compartido.
El que pasó ya no lo recuerda
y no proyecta instantes para ser vividos.
Pero el que está viviendo es feliz vivencia
y de inmensa gratitud, pues siente como abrazo
el tiempo que le damos y la charla que lo anima.
Hay alguna lucidez para los tiempos ya pasados
a los que se refiere con sonrisa franca…
aunque sea fugaz esa parte del instante.
Y tenemos que irnos. Y el instante se hace sombra.
No sabemos como son sus instantes solos, pero
si percibimos que el nuestro no será recuerdo
y que seguirá sin proyectar instantes.
TE QUIERO, HERMANO!