Freddy Kalvo

¿Nos callamos...?

 

Nos callamos los insultos,

muchas veces por respeto;

nos callamos los dolores

aunque muerdan como perros.

 

Y callamos los pesares

sean nuevos, sean viejos,

como nos callamos todo,

sobre todo, los defectos.

 

Y a pesar de que callamos,

lo que aquí llevamos dentro

el silencio siempre grita

a través de algunos versos

 

que se llevan en el alma,

que se alojan en el pecho

porque siempre habrá salida

para el libre pensamiento

 

que produce la conciencia

en sosiego o desosiego.

Y la pluma se pronuncia,

con la tinta del tintero;

 

y se queda para siempre

como parte del libreto,

como parte de la vida

que transita los senderos

 

donde nunca nos callamos

los dolores del hambriento

e injusticias que pululan

arrastrando al cementerio.

 

Porque el bardo nunca calla,

aunque escriba en el silencio

de la noche más oscura,

a la luz del firmamento;

 

o entre sombras tenebrosas,

donde se ocultan los cuervos

con sus trajes emblemáticos,

con sus trajes siempre negros

 

celebrando mucho el fraude

mientras ríen de contento.

Y aplaudiendo resultados

van los más, contra los menos.

 

¡Qué ironías, qué ironías,

del dolor nunca aprendemos!