Aspid Palestina

Anunciar sin pretender

Debo admitir que he sido tu esclavo durante todo este tiempo, incluso sin que lo notes.

No sé de qué manera podría yo explicar mi alteración y frustración al escuchar otra persona y saber que no eres vos. Ver a alguien a los ojos y saber que no son tus ojos que sin querer delatan tus noches de insomnio.

Hay algo en mí que te reclama y otra que te rechaza, viviendo en una lucha conmigo mismo sin tenerte a vos allá afuera.

Estoy con este querer que me inunda y se retracta al conocer la realidad del propósito de tus palabras, siendo éstas esquimales muriendo por congelación.

Mi mente sueña más que nunca y la tinta no se ha acabado incluso cuando creía lo contrario.

Me pusiste a prueba y supiste elevarme por los aires regocijantes, para luego no ser más que un obediente a las leyes de gravedad, llegando tan bajo hasta llegar al núcleo terrestre… en el que ardí en tristeza líquida. Aquella tristeza que no se ve todos los días.

Mi ilusión fue encaminada al paraíso y en un golpe de realidad no fue más que algo encarcelado en las ruinas del infierno.

Siendo tu cuerpo mi éxtasis temporal, siendo tu presencia mi locura incalmable.

Siendo vos mis motivos para mejorar….

El reparo de esto que siento es como un marginado en la Gran ciudad, esta lucha tuvo un principio no agendado y termina cuando vos seas mía en este Universo de incoherencias.

Le diste al paso a aquellos con cárceles ajenas a la mía, siendo éstas fugitivas involuntarias de tus deseos. También fueron distintos los aprisionados los que elegiste como prioridad, y mientras soy yo el dueño de un faro en soledad, alumbro a corazones ajenos con risas y consuelos para evitar morir en mis amores ahogados en sequía.

Que mis ojos se alejen de vos es realmente difícil.

En un beso encontraría consuelo, y en una oportunidad despediría a mis principios por matar tus caprichos y tus deseos.

Son incontables los escritos que te hice. Cada verso, cada palabra, cada rima, cada sentimiento como onda expansiva en la cordura de este prisionero en una cárcel que lastimosamente no fue tu favorita.

La tinta será infinita. Te escribiré cuando estés a mi lado y cuando me odies. Acercándome al realismo y aceptando que tu amor está reservado a terceros en esta historia que nunca fue de amor, no me despido, solo aclaro sin pretender. Aclarando que las puertas estarán siempre abiertas…y sin pretender que entiendas o empieces a quererme en algún momento.