Quiere el poeta al verso se conceda
Escapar de la cárcel que lo encierra.
Como un ruiseñor vuelve a su nido, entra
En el seno del lector que lo hospeda.
Vuela el poema con alas de cera
Cuando sale del alma que lo engendra
Si no despega en el suelo se quiebra
Si muy cerca del sol vuela se quema.
La poesía no tiene amo, es libre
Y cruel, después que los labios la expresan
Hacia atrás volver ya no le es posible
Los versos son los abrazos que abrasan
(¿Viceversa?) del alma el combustible
Leña seca que por el fuego pasan
—JH🦉