¿Qué queréis de mí?
No yo sino Él, me persuadió de Sí
Hálleme en tal plenitud
que me encontraba en todas partes
sin mediar en ello virtud
pues todas ellas son semblantes
y en no distinguirlas
me di cuenta que el Reino
del cielo había bajado
Viéndome de mis deseos despojado
de una mancha y de su olvido
un Sol en mí había nacido
¿Qué queréis de mí?
No yo sino Él, me persuadió de Sí
Misteriosos tus caminos
que apenas recorremos
cautelosos los sentidos
que pronto adormecemos
Imagen, dolor y sensación
turban este ciego corazón
de andar la sagrada senda
¿Por qué este andar no es ofrenda?
Pensamientos,
escuchad esto con atención
¿Qué queréis de mí?
No yo sino Él, me persuadió de Sí