Finisterra
Te confieso dos secretos Mi señor:
en uno se resguarda la razón,
la verdad que no acepta el corazón
el que golpea y duele sin dolor.
El otro es de lamento Ruiseñor.
viví soñando y olvidé tu devoción.
Os pido Tu perdón y bendición
ahora que la gracia me viste de color.
Descansa Macedonio eternamente
en tu lecho de sombra serás tierra
no mueres, sino, naces al instante.
Tu alma se eleva y tu cuerpo se entierra
retorna a su nido felizmente
oh fin, de tu final en Finisterra.
Claudio Ramírez Vasquez