Marisol Andrade

EL FRIO DE TU AUSENCIA

Hasta el alma la tengo congelada

al saber que mi cuerpo nunca

más tendrá tu calor.

 

Me llevaste al cielo, paseamos

de una estrella a otra, me dejaste

en la luna y luego de un soplo

me dejaste caer.

 

Tan poco duró mi felicidad

la que prometiste serÍa el

principio de nuestra eterna

luna de miel.

 

Pero si eso es el pago de la

deuda anterior, la pagué con

creces.

 

Retozarnos como los pájaros

en cualquier lugar del espacio

no podrá ser jamás.

 

Pero el recuerdo de lo que vivimos

estará siempre conmigo, eso

no me lo podrás quitar.

 

Gracias por ese pequeño y gran momento.

Gracias por ese pequeño y grande amor.