Rayo de luna
En eso de esperar si acepta un beso
después de aquella dulce bienvenida,
tal vez, lo diga o jure por su vida,
que nada es más brillante como eso.
Quizá llevando rosas, te dé acceso
a ver con ansias locas su guarida.
Por ende, si se niega arrepentida;
entiende, todo es parte del proceso.
La luna con el sol se dan caricias
teniendo por testigo al firmamento.
Y es grande la noticia de noticias
que aprueba mientras se haya el argumento.
La luna que ya sabe las albricias
y el sol que se esconde en su momento.
Samuel Dixon