Reunidos, de una parte, dos latidos
que orbitan por el mismo firmamento,
y de otra parte, puro sentimiento
anclado a los eternos recorridos,
acuerdan mantener sus pies unidos
así atraviesen áreas de cuento
o crucen por senderos de cemento
sin dar jamás sus pasos por vencidos.
Los componentes del presente pacto
se comprometen a sumar sus venas
sin compromiso alguno y en el acto
tan pronto como luzcan horas buenas
o lluevan cruces al momento exacto
de repartirse lunas medio llenas.