UNA TARDE DE ENERO
( liras)
Comienza un nuevo día,
y los campos me traen la frescura
de una roja sandía
y siento su dulzura,
llenándose la tarde de hermosura.
La tarde en ese enero
donde el viento norteño fue constante,
tal vez como en febrero
pintó una nube errante,
dejándome en la piel al sol radiante.
Llegó la primavera
a quedarse enredada en mi ventana.
Trepando la ladera
mi ladera serrana,
vistiéndose de un musgo que engalana.