No me hables de los sueños
Soy un mendigo anhelando
el amor de una bella
flor, cubierto de niebla
silenciosa, arrasado
estoy, lo sé, vomitaré
todo mi ser en cloaca
de averno, vacíeme
hasta convertirme en
quimera, en una oquedad
huérfana en el desierto,
de día al sol ardiente y
de noche la luna me
envolvería de escarcha.