I
Ansío en tus ojos de miel bañarme
Sumergirme en tu más profundo sueño
Y adivinar la arcana sombra de tu fría noche para poderla abrigar y besar con todas mis luces y mis voces.
Me preparo para cantar una canción sin final
Con música de sangre y sudor que acompañe la voz de mis días dibujando atardeceres en tu piel.
Rodeándote con mis brazos cómo flores que coronen tu salvaje belleza y tu desnuda verdad.
II
Desespero por saborear todos tus gritos,
de júbilo, deleite, hastío, sequedad, tormenta y angustia, coraje y fiereza .
Poder desenredarte con la magia del eterno abril que embebe de tu ser esta seducida gardenia que canta y delira bajo la lluvia que le ofrece su jardinero.
III
Sueño beber tu más oculto deseo y acurrucarlo en mi pecho para cuando asome el ardor de tu desconsuelo.
Abrir tus puertas y ventanas, recorrer tus senderos, tus palacios y banquetes, tus praderas, tus mares, tu luna….
Develar el enigma de tus días tan solo al besar tu espalda y tocar tu mano.
Mi canción empieza así, cuando te digo que preciso palpar todos mis sueños en tu piel, que los iré susurrando uno a uno, sin prisa alguna, muy despacio, en cada vuelo que me dejes emprender, en cada gota de mi copa rota que te atrevas a beber.