En el umbral de lo inefable, las alas se convierten en arpas cósmicas, en hilos indómitos que se tejen sobre el infinito.
Los pájaros saben que el viento es un lienzo donde se entrelazan azar y equilibrio, y, que la verdad cabe en el surco de la fugacidad.
Mi tinta es el frasco que se preña de la majestuosidad de un instante, es un testimonio etéreo de la música que nos circunda.
Comprobar que nuestra ceguera es ilusoria, es mirar el horizonte y hurgar en los delicados trazos del presente. Aquí, hay arpegios por todas partes.