Amelia Suârez Oquendo

AMADO SOL

 

Casi era de madrugada

cuando el sol amaneció

y tranquilo sentenció

 una mañana nublada.   

 

Yo desanimada estaba

por el pequeño desliz

porque me sentía feliz

cuando el sol me calentaba.

 

Mientras tanto ensimismada 

se me acercó una babosa

que dijo no se qué cosa

porque no le entendí nada.

 

Se alejo desalentada.

Ya no dijo nada más

y yo no supe jamás

si estaba o no enojada.

 

Luego miré con agrado.

un caracol que corría

mientras que le sonreía

a un pez algo jorobado.

 

El Sol y yo en  armonía…

El mar me estuvo mirando

hasta que se fue nadando

la mañana de ese día.