Quisiera mirar tu rostro de cerquita, vivir tu magia, recargarme en tu hombro y comer de tu mano.
Quisiera beber el agua de tu lluvia, admirar la fuente de tus deseos.
Ser princesa de tu cuento y permanecer encantada en tu burbuja soñadora.
Sin embargo soy la bruja, esa que los supersticiosos echan a la hoguera tan sólo porque sus escobas no vuelan.
Soy el alma esquiva a la seducción y a la locura del amor.
Soy enfoque a lo visible aunque sé que me muevo en una telaraña circular y por eso infinita, camino por fe, sin pensar.
Soy la duda de los mitos, y el ancla de mis sueños hacia la realidad.
Pobre de mí cuando me pienso pero soy feliz cuando me vivo.