En la quietud del alma nuestro amor palpita,
un “te amo” que al universo entero le grita.
Como brisa suave, como el agua dulce y serena,
en mis ojos se refleja su hermosa piel morena.
Susurra el viento secretos de nuestro amor,
en el silencio, su tono de voz es solo un rumor.
Y así florecen los versos en cada latido,
debo aceptar que el amor en mi ha nacido.
En la penumbra de la noche callada,
la miro descansando sobre mi almohada,
y me quedo a contemplar su hermosura,
esa sonrisa que para mí es paz y ternura.
Cada caricia es un poema en su piel,
si me siento feliz ¿Por qué pensar no ser fiel?
El olor de su cabello, un perfume exquisito,
sentir el calor de su cuerpo, mi eterno delito.
Susurros del viento acunan su sueño,
y yo o solo contemplo su bello diseño.
Su cuerpo a mi lado, con éxtasis miro,
¡Su dulce semblante que amo y admiro!
En su rostro, la paz entera se dibuja,
¡Hoy no quiero salir de esta linda bruja!
Quiero sentir su respirar mientras esta dormida,
y para contemplarla, la luz dejaré encendida.
Y así, en el silencio de la noche callada,
mi corazón le declara con una mirada,
el inmenso amor que por ella siento,
¡Su imagen seguro no saldrá de mi pensamiento!
Y en el sueño profundo que la envuelve,
mi amor eterno hacia ella resuelve:
¿Qué más da si con otros amores no ha funcionado?
¡Si hoy soy feliz de tenerla durmiendo a mi lado!