En el vasto lienzo de la vida
brota la esperanza como flor dormida.
Cada instante, un verso en el poema,
cada latido, un susurro que esquiva el dilema.
Entre luces y sombras danzamos,
caminantes del tiempo que pasamos.
Riendo, llorando, aprendiendo a volar,
en el mar de las emociones, siempre al navegar.
Con cada paso, una nueva historia,
y cada encuentro, una memoria.
La vida, una melodía por cantar,
¡Un regalo preciado que no hay que desperdiciar!