( \'LA CALLE\')
Viene desapercibida en el mapa de un tiempo
en que todas las edades eran solamente una.
Siendo tan corta e intensa, tan igual y tan diversa,
por juegos, los había hasta Olímpicos.
Muchos de ellos, tras divertir a no sé cuantas
generaciones, ya ni siquiera se mencionan
(espero que al menos, los recuerden quien
los disfrutaron sin hacer preguntas).
Habitualmente, éramos bastante felices
(y en gran modo y medida, no
volveremos a vivir nada semejante),
En imposibles canchas de cemento,
marcábamos hasta las normas de circulación.
Todos nos conocíamos y desconocíamos
a partes desiguales y de tradición oral
Aquellas Flores raras de aire andalusí, eran
Realmente portales oscuros llenos de aventuras,
y alguna que otra conspiración y negocio.
Pero, maldita sea, otra vez que nos tropezamos
hoy con otro escenario vacío, donde
actúan sin fuerza unos ecos perdidos.
Se han marchado ya hasta
las falsas promesas de unos
veranos que entonces quemaban
sin llegar a calcinar, cayendo las tardes
a cuentagotas, en alegría de niñez diversa y plena
entre romances y coplas desencajadas de
todas aquellas noches de medio insomnio
o aquellos fríos que podían espabilar
hasta matarte las ganas de morir.