RICARDO V

El poder de su mirada

Y se hizo la luz cuando me crucé con ella.

Fue como una ninfa vestida de mirada,

sus ojos fueron cual la desnudez de mi alma

cuando ella me miró girando la cabeza.

 

Y me trajo lo profundo de la entereza

llevándose cualquier duda del mundo oscuro,

y me concedió la blanca calma del mundo

quitándome del camino de las tristezas.

 

Y me dotó de la mesura y del contento

discriminando extravagancias anodinas,

y me elevó por las nubes en fantasía

alejándome la negrura del tormento.

 

Y me señaló de lo bueno lo mejor

olvidando la condena de mis pesares,

y me enseñó que las fortunas son verdades

como verdades son la dicha y el amor.

 

¡Y qué hermosura cuando vi que me miraba!

y me perdí en aquel silencio de armonía

al tiempo que ella me sonrió y su sonrisa

fue como una lluvia de estrellas con palabras.