Hoy desperté envuelto en una soledad
desnuda mi alma en una gran tristeza,
con mis manos vacías sin poder amarrar
un milagro que simplemente me contenga...
Y me sentí como una gaviota en la mar
queriendo buscar aquello que no llega,
y sentí el dolor que siente todo mortal
cuando la nostalgia invade a la cabeza.
Silencios dentro de mí me hacen vibrar
al compás de las palabras ya muertas,
y los recuerdos laceran mi humanidad
mientras el corazón al latir se acelera...
La distancia es una barrera que al cruzar
el tiempo se une también en la cruel espera,
y la sombra se queda en la oscuridad
por qué sabe del contagio de mis penas.
Pero todo es una lágrima que lenta va
desgarrando mis heridas todavía abiertas,
y todo es un poema sin un posible final
y todo es un pasado que siempre regresa.