Esa Hueca,
la Tarde, que Canta por Veces
a la Espina de la Rosa
que Arde y Hiere en Esquirlas
de Piedras...
Esa Tonta, la Tarde,
que se Aflige por ser Nadie
cuando el Sol
Apaga su Fuego...
Esa Loca, la Tarde
que Percibe el Error
Padecido
por lo Humano,
y Calla...
Esa, la Misteriosa Tarde,
que Ahueca de Sentidos Nulos
En Singulares Palabras Mudas.
Arduos y Diferentes Tiempos,
Musitan la Voz
de la Memoria,
de la Ilusión,
de la Esperanza,
del Terror,
que Mueren Melodiosos,
en la Última Tarde...
(Patricia)