Nacieron unas cerezas
de un peral que estaba seco,
sus raíces son de abeto
y su olor era de fresas.
Sus tallos de terciopelo
y de cristal, eran sus hojas,
regalices en el suelo
y un fresal, tenía de copa.
Su tronco de caramelo
y abrigado estaba el suelo,
de las hierbas que lo adornan
de tomillos y romeros.
Le nacieron las manzanas
con injerto a limonero,
y unos plátanos crecieron
en la punta de sus ramas
y en otras, uvas salieron.
Era su sombra una manta
que tapaba todo el suelo,
era el árbol de mis sueños
el que mas frutos me daba.
Sus semillas eran anises
de licor era su sabia,
y los frutos que me daba
eran mezclas de países.
Aguacates y melones
crecían bajo su copa,
frambuesas y chirimoyas
y también melocotones.
Este árbol que ha nacido
fue una mezcla de simientes,
injertado por las gentes
de países ya perdidos.
Solo en el puede verse
el milagro de la vida,
esa mezcla tan divina
que surgió tan inocente.
Ese árbol y sus frutos
representa en gran medida,
los países de este mundo
sin reproches ni mentiras,
es la esencia de la vida
en el estado mas puro.