FRANCISCO CARRILLO

EL ARBOL

Nacieron unas cerezas

de un peral que estaba seco,

sus raíces son de abeto

y su olor era de fresas.

 

Sus tallos de terciopelo

y de cristal, eran sus hojas,

regalices en el suelo

y un fresal, tenía de copa.

 

Su tronco de caramelo

y abrigado estaba el suelo,

de las hierbas que lo adornan

de tomillos y romeros.

 

Le nacieron las manzanas

con injerto a limonero,

y unos plátanos crecieron

en la punta de sus ramas

y en otras, uvas salieron.

 

Era su sombra una manta

que tapaba todo el suelo,

era el árbol de mis sueños

el que mas frutos me daba.

 

Sus semillas eran anises

de licor era su sabia,

y los frutos que me daba

eran mezclas de países.

 

Aguacates y melones

crecían bajo su copa,

frambuesas y chirimoyas

y también melocotones.

 

Este árbol que ha nacido

fue una mezcla de simientes,

injertado por las gentes

de países ya perdidos.

 

Solo en el puede verse

el milagro de la vida,

esa mezcla tan divina

que surgió tan inocente.

 

Ese árbol y sus frutos

representa en gran medida,

los países de este mundo

sin reproches ni mentiras,

es la esencia de la vida

en el estado mas puro.