Deja caer el pudor desde sus hombros
al infierno del deleite prohibido,
un mundo hasta hoy desconocido
pero muy promisorio por lo prometido
Allá afuera el miedo solo se cambia de traje
y olvida las canciones
que le acompañaran
desde su cabecera
Inútil le son vallas multicolores
que no consigue descifrar
cuando las letras son solo incógnitas
que burlescas le acechan en su deambular
Le enseñaron que en este mundo
todo tiene un precio…
que todo se debe pagar
y ella va entregar sus sueños,
la lozanía de sus cortas primaveras
para su hambre abrevar
Sus descalzos pies dejas pintada
la sutil huellita de un hasta hoy, inocente paso
Los que se dicen poetas
le llaman a eso amor,
le llaman placer
y entintan infinitas cuartillas
con lo que para ella
es solo un mercado de dolor
para saciar su hambre, su frio
alquila su frescura, su lozanía angelical
para el deleite de quien confunde
éxtasis hormonal con amor
Mañana volverá el hambre,
y vendrá acompañada
de la maldita congoja
de haber hecho algo malo
desde las pulcras escalinatas marmoladas
descenderán escupitajos, insultos,
peyorativos epítetos
y si la suerte le ha sido tan mala
en nueve meses le vendrá un bullicioso llanto
atiborrado de hambre
que pasados los años repetirá sus pasos
mientras los que se dicen poetas
siguen mercando
con encuadernados orgasmos
¡Perdóname Poesía!
por haber intentado manchar tus cuartillas
con las heces que mi mente excreta
perdón por quienes te usaron como droga…
¡acaso como suvenir!
Sabes que en mis manos siempre fuiste dardo
Con corazón de sinceridad