Me parece tan curioso
el día de los enamorados;
existen al cabo del año
infinitos días con sus noches para expresar abiertamente
cuantos sentimientos se ofrezcan.
Tardes hermosas o mañanas florecidas,
un día de otoño o tal vez de invierno,
de testigo una chimenea: un café, una sonrisa...
Diferentes motivos que inciten
al amor más placentero,
momentos propicios
que inunden dos corazones
de una sensación inolvidable.
La huella del amor es eterna
en una relación que se atiene
a la complicidad por bandera.