Hay un –preceder-
De las palabras
Y son los “hechos”
Pero al tiempo
Las palabras
Tomaron su –propio-
¡Vuelo!
Entonces, ellas
Fueron los “hechos”
La torre de Babel
“No fue” el entendimiento
Sino la mentira
Y la falsedad en el mundo
Entonces, para volver a dilucidar
La verdad
Se retornó nuevamente
A aquel ¡basal hecho!
De cómo la palabra “amor”
O el -hecho- del amor
Se pudo demarcar
Lo liviano
De lo profundo
Según aquel supremo “hacer”
El “beso”
Sin espacio, lugar
A toda palabra
-Beso- que “no es”
Unión de labios
Sino ¡verdad!
Que enuncia
Y denuncia
El vuelo de las palabras.