Proclaman que el amor verdadero no existe...
cada vez que lo escucho... sí que me pongo triste...
¡Porque yo soy real! ¡Yo estoy aquí! ¡Yo existo!
Pero la gente piensa... piensa que no me ha visto.
Solo porque no tengo esa forma que ansían,
llegan a la conclusión de que que me encuentro ausente.
¡Solían venerarme! ¡Todos me conocían!
¡Ahora todos pasan de mí constantemente!
¡Y se andan preguntando en dónde es que me encuentro!
Cuando en todo momento yo me encuentro a su lado...
¡Yo siempre estoy aquí! Mas nunca se han fijado...
Nunca me logran ver, ni de frente ni al centro...
¡Y me confunden siempre con gentuza cualquiera!
Mientras tanto yo soy el que se queda afuera...
De las malas personas buscan la compañía...
después de sus errores... ¡¿claman en contra mía?!
¡Seguido vociferan que los he abandonado!
¡Pero son todos ellos los que a mí han olvidado!
¡Se olvidaron de un dios! ¡Antaño era adorado!
Pero ahora, ¡de mí ya todos se han mofado!
Me cambiaron la forma de ser representado...
¡A un infante en pañal! ¡¿A eso me han relegado?!
Incluso me confunden con un tal Valentín...
¡mas no soy yo ninguno de los tres dizque santos!
Tampoco soy un “Putto” entre los amarantos,
al que también confunden y, llaman querubín.
Yo ya estoy muy cansado de tanto devaneo...
¡Ya es momento en que vuelvan a darme mi valor!
¡De entre los soberanos, yo soy de los primeros!
¡Dense cuenta quién soy! ¡Aquí estoy! ¡Yo soy Eros!
¡Soy un libertador! ¡Y yo soy el deseo!
Pero encima de todo... ¡Soy el dios del amor!