Si enfermara y muriera
y visitara el infierno
y conversara con Satanás
y me preguntara que quisiera sufrir
le contestaría que esta dulce vida
si, no la cambiaría,
fue tan variada:
con alegrías y tristezas
como debe ser la vida
con dulzuras y sin sabores
le contaría a él toda mi vida
y le fascinaría tanto
que me regresaría a la tierra
en donde volvería a conocerte
a sufrirte
a amarte y adorarte...
Si muriera
y fuera al cielo
allá te encontraría
con un par de alas en tú espalda
un ángel
y Díos me preguntaría
¿Qué quieres amar?
le diría que a ti