Quiero poder dormir
En la quietud de la noche, cuando el mundo se adormece,
busco refugio en los brazos de los sueños,
anhelando encontrar la paz que el día no me ofrece,
y sumergirme en el dulce abrazo de los silencios eternos.
Cierro mis ojos con la esperanza de encontrar descanso,
de dejar atrás las preocupaciones y el pesar,
y permitir que mi mente se pierda en un remanso
de serenidad, donde el tiempo parece no pasar.
Suspiro profundamente, dejando ir el estrés del día,
y me dejo llevar por la suave brisa del anochecer,
confiando en que la oscuridad me llevará hacia la armonía,
y que mis pensamientos encontrarán el camino para ceder.
Las estrellas brillan en el firmamento, como guardianes silenciosos,
velando mi sueño con su luz centelleante,
mientras la luna derrama su resplandor misterioso,
tejiendo en mis sueños un mundo fascinante.
Que el susurro del viento me lleve hacia la calma,
y que el murmullo de las hojas me arrulle con su canción,
permitiendo que el sueño me envuelva con su gracia,
y que despierte renovada con la primera luz del albor.
Así me entrego al sueño, con confianza y serenidad,
sabiendo que en su abrazo hallaré la tranquilidad,
y que al despertar, renaceré con fuerza y claridad,
lista para enfrentar un nuevo día con vitalidad.
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