HOY LLUEVE COMO AYER.
Llueve y la lluvia me habla de ella,
en su repiquetear la nombra,
en cada gota emerge su recuerdo santo,
¡Oh mujer! Mujer que amé y perdí,
en medio de la lluvia tu nombre evoco y hago canto.
Me lleno de angustia mirando la lluvia,
y ver la tarde gris… Más gris sin ella,
a lo lejos una radio canta… A lo lejos…
no tenerla a mi lado, ¡no verla!
Es terrible agonía, es dolor que mata.
Llueve y la lluvia me habla de ella,
porque en tardes de lluvia la tuve a mi lado,
y la besé tantas veces bajo el cielo apagado,
porque en tardes de lluvia grises y frías,
la tuve a mi lado con amor desesperado.
Que importa que otros brazos la estrechen ahora,
y que mi vida esté vacía… Vacía de ella…
Solo sé que la quise y la he perdido,
lejos se encuentra ahora… Lejos… Muy lejos…
amor de tanta lágrima vertida...
Amor que se marchó sin despedida.
A veces lloro al recordar su nombre,
que importa los dolores que su ausencia me cause,
su recuerdo navega en mi mente… Su recuerdo…
Hoy se tejen en verso, mis nostalgias.
Y se muere en mis labios las palabras.
Oh maldito corazón que no quieres olvidar,
qué constante la recuerdas, que provocas mis insomnios
¿por qué no me permites dormir de una vez?
en esos silencios del que no se sale nunca?
Nadie ha de saber que muero por ella,
hoy las palabras son pétalos de rosas
y el silencio es un muro entre los dos,
y su recuerdo es una lágrima suya,
que va cayendo en mi soledad.
Hoy, ante mi fracaso, sentí que las lágrimas me ahogaban,
y las deje correr libremente, suavemente,
como un consuelo ante la gran noche impenetrable,
ante el dolor que siente mi corazón.
Tras sus huellas va mi vida…
tras una estrella…
Kin Mejia Ospina