Ramalazos de penas sacuden mis entrañas,
Oh Dios, por cuanto tiempo este dolor vendrá
Y en mis ojos sin lágrimas se esconden las cadenas
de angustias y pesares que amarran sin piedad
Las horas van pasando con día sin murmullos
de los dulces amores que dan felicidad
y se mueren las rosas y se mueren las flores,
quedando las espinas copando su lugar.
Es terrible el ocaso sin dulces ilusiones,
es una muerte en vida el dejar de soñar,
es una pena inmensa que agosta corazones
que trunca la existencia, por no volver a amar.