Todo se retuerce en mi interior,
entre banales palabras tus ojos miro,
la tierra es de humo dentro de mi espacio,
las noches palpitan bajo tus tempestuosos rizos.
De un tiempo acá las mañanas no son mías,
de tarde en tarde van mis crueles rebeldías,
donde siempre mis furias van anclando,
furtivo y gris en la sombra de mi tenue agonía.
No me prometas nada, sé que tu amor es imposible,
como si fuera una hormiga trasnochada,
voy desnudando mi esperanza hacia el ocaso,
Lloran en silencio las místicas campanas de mi espectro,
bajo esta penumbra me enamoro de tu alma imaginaria,
se ve caer todo el azul entero del cielo sobre la noche.