Quiero estar contigo,
amándonos en nuestra cama,
y ver en tu blanca hermosura,
la luz del lucero del alba.
Noche, no me venzas !
que no me falten las ganas,
que no se pierda el deseo,
por los costados del alma.
Que se reviren los cercos,
que reprimen mis entrañas,
y den vuelo a los flecos,
del cairel de tu semblanza.
Y lo adoren, y lo mojen
de espumas de nata montada,
dulzura de mil caricias,
y besos suaves de nacar.
Quiero nadar en tu falda,
debajo de tus enaguas,
de caracolas heridas,
por el filo de mi espada.
Yace tranquila a la aurora,
en mis brazos, como de ramas,
y dale cobijo prohibido,
al nido de la mañana.