En mi emocional afán de deseo
Habitaba aquella misteriosa sibila,
Oculta entre las grutas de mis
límbicos sentimientos quebrantados
La profecía de aquella dulce joven
De extraño y singular enigma, clavó
insólita mirada sobre mi semblante
Iluminando aquel vestigio pretérito
Profanaba mi ecuación metafísica,
Derramaba el tenebroso azogue
Sobre mi sensibilidad emocional,
Incluso en mi emoción para amar
La virgen sacerdotisa se me acercó
selló mis labios en un profundo y
perverso beso, algente y lígrimo,
cual guijarro purpura de amor
En las sedientas y dilatadas noches,
El insomnio deambulaba entre
Sombras de carnales sensaciones,
Cual éxodo de placeres enquistados
Mi musa Habiba, posaba seducida
En el tálamo de sumisión sibilina.
Erato disipaba su volátil existencia
Por entre sargazos de mística hiedra
¡Mi volátil frenesí acariciaba el pubis de Habiba!