Él y yo éramos dos adolescentes...
Niña mimada era yo. Mi madre y padre me cuidaban con gran cariño y mucho amor...
Él tenía diecisiete abriles y quince abriles tenía yo...
No dijo nada, nunca dijo
Que también moría de amor...
Pasado el tiempo ya sabemos:
No lo olvidé ni me olvidó.