Menesteo

Tú Bandera y mi Bandera





Tú bandera y mi bandera



Tú bandera y mi bandera

brillan bajo el mismo sol

al brotar la primavera

en un mundo de color.

Serán solo las retinas

de los ojos que las miren

las que encuentren diferencias

queriendo que las conspiren.

Que no nos ciegue el color

que está pintada en el paño

si a nadie produce daño

ni le causa algún dolor.

Por cientos cuentan los años

que luciendo esos colores,

en gran parte con honores,

en otras con desengaños.

Se fue formando la historia

con el paso de los días

donde el sol no se ponía

y perdemos la memoria.

Ponerla en una balanza

que catalogue la historia,

al rodar como una noria

se la vista de templanza.

No debemos de enterrarla

para callar a la gente,

que solo vive el presente

por no querer evaluarla.

¿Por qué no puedo lucir

los colores de mi patria,

con orgullo por las calles

sin que a mí me llamen facha?.

¿Tener raíces del suelo

que te dieran el vivir,

no es orgullo para ti?

¿Acaso es la muerte en velo?.

Patria grande de mi tierra,

la que unidos nos mantiene,

cada cual con lo que tiene,

porque nadie te destierra.

El honor de un ciudadano

es levantar su bandera

para decirle a cualquiera,

vamos todos de la mano.

Por ella muchos murieron

a lo largo de la historia,

llevémosle en la memoria

honrando lo que ellos fueron.

¿Acaso tengo la culpa

de haber nacido en su suelo?

A mí me parió mi madre

un febrero con desvelo.

Era una mujer pequeña

dándose muy buenas trazas,

entre platos y entre tazas

cocinados entre leña.

Lavando sobre un lebrillo

con sus pequeñitas manos

ya fuera invierno o verano

cargada estaba de bríos.

Nos enseñaron mis padres

ante todo la honradez,

usando la sensatez

y no los malos desmadres.

En qué se ha vuelto esta tierra,

o mejor dicho, sus gentes;

parece no ser conscientes

que puede volver la guerra.

No valieron ochenta años,

cuarenta de dictadura,

cuarenta poniendo paños

a una democracia cruda.

Que en vez de poner cordura

para calmar a la gente,

solo viven el presente

sin ver la vida futura.

Lo más sano y lo esencial

es la juventud del pueblo,

la que tenemos y tiemblo,

se rompa como un cristal.

Esa que pidiendo paso

llega con hambre de gloria

para escribir una historia

sin temerles al fracaso.

Dejémosle libertad

en desarrollar su mente,

sin que nadie los enfrente

en busca de la verdad.

José Ares Mateos(Menesteo)