La vida
tiene una mano dura.
Ella me asfixia
por insolencia.
¡Hay, qué envidia de Muerte!
El viento lleva
ese aroma de rojo.
Rojo sanguinario
y asesino de esperanza.
Destroza tu alma
y muere en el jardín.
Así viviré encerrado
con los monstruos
de mi tormento.