No importa la tormenta que esté azotando tu vida , no importa por el desierto que estés atravesando en estos momentos, recuerda que debes afrontar cada situación con alegría y no con tristeza. (Rom. 5:3-4), nuestro sufrimiento produciría perseverancia y perseverancia en el carácter. (Santiago 1:2-5) Santiago enseñó que la prueba de nuestra fe produce perseverancia que conduce a la madurez espiritual.
Ora en todo momento con alegría y gozo de felicidad. Pero Al orar, servir a otros y estudiar la palabra de Dios, nos sentiremos más cerca de Él. Podemos encontrar gran sanación, consuelo y paz en Jesús, nuestro Salvador. (Isaías 61:1). Jesús conoce nuestro dolor porque Él ya lo sintió. Él puede sanarnos. Aprende más acerca de Su sacrificio, al leer las escrituras y al orar para sentir Su paz y poder sanador en tu vida.