Yo soy como el jilguero encadenado
a amar la libertad siendo cautivo,
como el clavel que habiendo florecido,
en un frío cristal muere olvidado.
Mi cárcel soy yo mismo, mi pecado
no se si pudo ser haber nacido,
mi vida, la senda de mi destino,
el amor, un jardín que no he mirado.
Yo soy como mentira despiadada,
como inmenso dolor en las entrañas,
como fuego de hoguera que se apaga.
Yo soy, como un secreto en la mirada,
como un sueño con mil caras extrañas
rasgado al despertar de madrugada.