Desde lo alto de una montaña,
veo al río por su lecho pasar,
su canto triste mi visión empaña,
pues me dice, jamás he regresar.
Aguas amanecidas han de nacer,
y lo seguirán hasta llegar al mar,
mas lentamente se han de perder,
igual que tú, al dejarme de amar!
Iván Madueño Luján