Con una sonrisa me basta
para subir al cielo de tu cuerpo,
removiendo tus estructuras,
gozando tus fragancias y resucitando
en un campo de hierbas rojizas ,
cómo tengo el corazón,
del amor que te profeso.
Si me miraras te amaría
como se aman las luces brillantes, parpadeando,
en una noche estrellada,
donde tú y yo fuésemos
la réplica, del amor en la tierra,
de los luceros en el cielo.
Si te miro caminar
como andan los cometas
en el cielo, con esa brillantez
que hace espeluznar mi cuerpo,
explosiono como los meteoritos
cuando entran en contacto con la atmósfera
de tu cuerpo, una palabra tuya
derrite mis sentimientos.
Si te tengo, me muero,
Si no te tengo ni respiro,
estoy yerto en el humedal
donde nos veíamos a escondidas,
con los limoneros de testigos
de nuestro amor secreto.
Cuando te poseo las estrellas sonriendo
van a tu pelo, lo hacen brillar,
como el trigo cuando el sol lo calienta.
Los lagartos bailan
sobre tu vientre la danza del fuego,
Las serpientes resbalan
sobre tu sensible cuerpo, deslizándose
como en el hielo,
Las termitas de mi corazón
penetran en ti, y somos la felicidad del universo.