La tacita de plata tiene admiradores
de muchos y distintivos lugares.
Que le cantan bellos cuplés y pasodobles
expresando su amor en carnavales.
Todos los días en el Gran Teatro Falla
con los palcos y butacas llenas.
Tú mi vida eres mi ciudad gaditana
y yo soy el carnavalero que te imagina.
Él que te sueña cada noche
y te imagina en cada cuplé.
Eres la pasión de mi corazón
y la alegría al levantarse el telón
al ver tus preciosos ojos
al frente de los míos.
Tú me sacas una sonrisa
como una comparsa
a las calles gaditanas
llenas de serpentinas.
Porque eres como el carnaval, poesía
llena de libertad y armonía.
Me has liberado de los prejuicios,
y de los amores falsos e interesados.
Has revolucionado mi vida
como los chirigoteros las tablas del Falla.