Todas las mañanas se posa un turpial,
en lo alto de un gran cactus,
pita su trino, repitiendo su nombre sin cesar,
mirando en su cantar, al cielo,
mientras ella… escucha su trinar de ensueño,
el turpial cierra con su nombre
y vuela en zigzag al viento,
mañana como siempre,
vendrá a su ritual de nuevo.
Dónde está mi turpial hoy,
que no he escuchado su trino de amor,
acaso ha volado a otro cielo,
dejándome olvidada y sola,
te espero, porque sé que volverás,
has sentido mi mirada siempre,
mientras escucho tu trinar en calma,
adiós turpial adiós,
talvez tengas nostalgia en el alma,
como yo, en mi refugio… solitaria.
Me pregunto, volverás turpial
o serás solo otro recuerdo,
que acompañará mi silencio…
de dónde vienes turpial
que me cantas y me duermo.