¡Maldito viento sur!
Que penetras por la Sierra Salvada,
atravesando el pasillo de Amurrio
camino de Llodio.
Me resoplas y me ahogas...
Cefaleas y astenias
con sobredosis de analgésicos.
¡Qué carajas!
Banderillas de fuego al trote
zahieren mis sienes.
Desaire.
Caballo del aire.
¡Maldito viento sur!
Que enmudeces mi sonrisa
con tu briosa latencia.
¡Tan hostigante!
¡Oh Dios, qué tormento!
Rompe ya las bridas
de tu tropel de caballos.
Desbócate rápido
por el vientre de Areta.
¡Que venga pronto el viento del norte!
Y deposite su fresco aliento
en el lecho de mi mente.