Papá, ¿qué es eso?
- Eso, hijo, es el cementerio.
- ¿Un cementerio? ¿Qué es eso?
- Básicamente, es el lugar donde guardan los huesos de las personas que ya murieron.
- Ahhh… ¿Y por qué llevan flores?
- Porque los seres queridos de esas personas los extrañan mucho.
- ¿Pero si los muertos no las pueden ver, por qué les llevan?
- En realidad, lo hacemos por nosotros, los que estamos vivos. Es la forma de recordarlos con cariño, porque una persona que se muere nunca se borra de nuestro recuerdo.
- Papá, cuando seas viejito y te mueras yo no te voy a llevar flores.
- ¿Por qué?
- Papá, porque esas flores son de mentira. ¿Quién va a querer flores de mentira por más que esté muerto?
- Bueno, si quieres, podés llevar mis huesos a algún lugar, donde los conviertan en polvo. Luego busca un lugar hermoso y tranquilo en el campo, y deposita mis restos en un hueco en la tierra. También le agregas unas semillitas de algún árbol, y riégame seguido, para que crezca un árbol majestuoso y frondoso que te dé sombra y oxígeno.
- ¿Y podemos construir una casa en el árbol?
- Sí, claro. Y cuando te sientas solo, puedes ir a refugiarte y cobijarte entre mis verdes brazos.
- ¡Y también podemos crear una hamaca!
- Sí, es cierto. Así podría acariciarte suavemente con el viento de mis besos, para que sientas lo cerquita que voy a estar contigo.
- Papá, cuando te mueras, te voy a extrañar mucho.
- Yo también, hijo, pero te prometo una cosa, que siempre vas a poder contar conmigo, incluso después que me convierta en árbol.