Ay soledad infinita,
aléjate ya de mí,
hoy necesito vivir
lleno de amor y de vida;
retorna vieja alegría,
que renazca un nuevo abril,
que me sienta muy feliz
ante una mesa exquisita;
no me amenaces señora,
con tu gigantesco abismo,
con tu agonía y decepción;
mi alma nunca estará sola:
hay mucha gente conmigo
conviviendo con amor...