Don Pompilio va campante
con sus aires victoriosos
y la gente emocionada
va aplaudiendo en el entorno.
Le metió gol a la gente
con temores y con farsas
que ni cuenta ellas se dieron
y al verdugo le dan palmas.
¡Qué ilegal es su victoria
obtenida en un domingo
con los votos de la gente
que un mesías lo han creído!
¡Ah qué espuria es su victoria
si ha violado tantas leyes!
Pero a muchos ha dormido
y otros se quedan silentes.
¡Oh qué triste paradoja,
hoy pulula por mi pueblo!
«Dicen no querer corruptos
y Pompilio es uno de ellos».