Nitsuga Amano

La lágrima que brotó del alma

 

Solo es agua de un río de cristal

que se desliza

por los senderos de la piel.

 

 

En el lagrimal se desborda,

un manantial de emociones contenidas

que busca liberarse de su prisión.

 

 

Es un viaje hacia afuera de la hojarasca,

 escapando de lo profundo del alma

el cuál anhela encontrar su camino

a través de los laberintos del ser.

 

 

Brota, como una fuente etérea;

corre, como un río en busca del mar,

y se convierte en un arroyo en el rostro,

una cascada de sensaciones.

 

 

Cuando el corazón duele se transforma en un océano tumultuoso,

agitado por las corrientes del dolor y la melancolía.

 

 

Y en entre las agitadas olas,

nace la lágrima,

una gota de sal que refleja

la vastedad de la experiencia humana.