No es un verso que se ahorca,
O una rima que se esconde.
Son palabras que andan solas
en lo oscuro de una noche.
Son las sombras agotadas,
temblorosas y difusas,
de intenciones derrotadas
por pasiones moribundas.
Van errantes y perdidas
y el azar las ha invitado.
Las ordena como rimas
de un poema fracasado.
Sin razón y sin sentido
se acomodan confundidas.
Me comentan que han perdido
al poeta que las cuida.
El ha muerto con su pena.
Y sus musas ya se fueron.
Una dama que es ajena
mira triste aquel cuaderno.